
Motores con carácter, diseños desafiantes y unas potencias que las sitúan en la zona alta entre las “Streetfighters” de la actualidad. Así son nuestras dos protagonistas, la Aprilia Tuono V4 Factory y la BMW S1000R, motocicletas con las que, más de uno, habrá soñado tener en el garaje de su casa…
Hablar de motos en torno a los 170-180 CV de potencia hace poco más de una década era hablar de Superbikes, motos en torno al litro de cilindrada y con una electrónica más bien “justita”, donde los frenos ABS eran lo único que podrías encontrarte como sistema de seguridad extra, ni controles de tracción, ni modos de potencia. El único responsable de controlar toda la caballería disponible era tu puño derecho. Pero la escalada de caballos y la consiguiente electrónica se han ido extendiendo en todos los segmentos y ahora nos encontramos en un punto donde los sistemas de ayuda permiten disfrutar de grandes potencias de manera más controlada.
¿R, o RR con el viento en la cara?
Si bien pertenecen a un nicho muy pequeño del mercado, su atractivo es innegable, siendo motos soñadas por muchos de nosotros. El problema es sacarles el partido que se merecen y, a menos que pensemos en rodar en circuito, no nos acercaremos ni por asomo a lo que pueden dar de sí… Quizás sean para aquellos que bajen de una RR y busquen algo menos radical, pero con grandes prestaciones y la posibilidad de rodar en circuito a ritmo muy alto, además de contar con la seguridad de unos paquetes electrónicos de muy alto nivel.

Sirva como ejemplo claro que la Tuono 1000R Factory de 2007 rondaba por aquel entonces los 140 CV de potencia, eso sí, su motor era de tan sólo 2 cilindros por los 4 de esta más moderna versión.
En BMW se conformaban con motos menos deportivas y la gama K 1200 de cuatro cilindros era el máximo exponente en cuanto a potencia/deportividad. Rondaban los 160 CV, cifra que las situaba en lo alto de la tabla. Eso sí, hasta 2014 no llegó la primera S1000R construida sobre la base la S1000RR, siendo una deportiva sin carenado y también menos radical, con menos caballos que su hermana, una bestia que rondaba los 200 CV y que serviría como base de competición para el Mundial de Superbikes. Sí, sí. No nos olvidamos de monstruos como la Suzuki B-King y sus más de 180 CV… Pero “aquello” no era más que una motocicleta desproporcionada, pesada y con un dinamismo lejos de lo esperado por aquel entonces en lo que se denominaban las “Streetfighers”.
La fiebre por las grandes potencias vuelve a estar de moda y esta misma temporada ya están apareciendo “Híper”, mejor dicho, “Meganakeds” de serie que superan los 200 CV.
La Aprilia sorprende gratamente, siendo una motocicleta a la que te adaptas en pocos minutos a pesar de contar con 175 CV de potencia. Todo resulta fácil, incluso abriendo sin contemplaciones el puño del acelerador electrónico, te sentirás que pierdes el control. O por lo menos es lo que te hace creer la electrónica comandada por una IMU o Unida de Medición Inercial que gestiona todos los sistemas de ayuda a la conducción. Evidentemente rodar en circuito es una cosa muy diferente que hacerlo en la calle, en ciudad, carretera o autopistas y con cualquiera de nuestras protagonistas todo pasa muy rápido.
En el caso de la BMW, hablamos de ligeras mejoras: 5 CV más de potencia, 2 Kg menos de peso, un subchasis rediseñado y, lo que resulta más llamativo, las menores vibraciones repercutidas en el manillar. Pero es que además esta generación de 2017 ya cumplía la Euro4 y se podía equipar con nuevos modos de conducción, ABS Pro, así como control de salida o Launch Control y limitador de velocidad para pitlane. Todos ellos elementos opcionales que, por supuesto, nuestra unidad de pruebas equipaba y son de serie en la Aprilia.

Radicalidad a la par que Comodidad
Si bien las posturas de conducción son muy parecidas, con unas estriberas elevadas y un manillar muy plano, el asiento de la italiana está algo más elevado, mostrando una sensación de cargar más nuestro peso sobre el manillar. En cualquier caso, no son radicales y sí bastante llevaderas en el día a día. Quizás incluso algo más la BMW al contar con el asiento más plano.
Mirando hacia delante la visión en una y otra si es bastante diferente. No quiero decir que sea mejor o peor, pero en la Aprilia se respira un ambiente algo más moderno con más colorido y la BMW se ha quedado un poco atrás en el tiempo. Eso sí, a mi me siguen gustando más las motos con un tacómetro analógico. El velocímetro ya me da igual
Pero a la hora de decidir…
Elegir la mejor opción es siempre complicado y hay muchos factores a valorar. Yo siempre recomiendo hacerlo con el corazón y sin pensarlo demasiado, de manera impulsiva, sobre todo si se trata de una motocicleta.
Las dos son motocicletas muy especiales, deportivas, hasta cierto punto salvajes, irracionales y en cada una de ellas se respira claramente el aroma de sus respectivas marcas. Los italianos lo dan todo de entrada, mientras que la austeridad alemana queda patente con tantos elementos opcionales y que pueden llegar a elevar el precio por encima de los 20.000€ por los menos de 19.000€ de la Tuono. Sí, realmente son cifras para pensárselo con más calma. Olvidad lo de no pensar demasiado, fui muy impulsivo.

